Pensamiento
en Ezequiel Zamora
Ezequiel
Zamora no era un soñador era un revolucionario y las circunstancias no le
permitían desperdiciar el tiempo en discusiones sobre futuros planes de reforma
social. Era revolucionario, un hombre de acción y pensamiento, que leía,
estudiaba y discutía con la firme intención de hacer la revolución. A pesar de
ser blanco y vivir en una sociedad donde la explotación económica se escuchaba
en lo hondo del prejuicio social, comprendió cuando adivino la madurez que en
tan encarada lucha la razón estaba de parte de los hambrientos y opulentos, sus
pensamientos estaban identificados y dirigidos con los sentimientos y aspiraciones
de las masas populares venezolanas y el desarrollo apasionado ideal igualitario
que fue digno permanente en su vida. Sus pensamientos estaban dirigidos a
defender a los humildes y a los débiles, expreso con absoluta fidelidad
sentimientos democráticos y las reivindicaciones económicas sociales de la masa
popular venezolana.
Tanto
así que la lucha de Zamora fue la lucha por una redistribución de la tierra,
"Tierras y Hombres Libres" fue su consigna principal que encontró un
masivo apoyo en los habitantes del campo que para ese entonces era la mayoría
del pueblo Venezolano. Por su parte el sector minoritario que ejercía el
dominio fue claramente identificado por Zamora como el enemigo a vencer,
"Horror a la Oligarquía" repetía continuamente. Nadie más que Zamora
podía plantear el protagonismo de los desposeídos como paso fundamental para el
logro de la igualdad social y lo que es más importante para la creación de la
democracia popular. Nuestro proceso se nutre del pensamiento Zamorano para
establecer que los cambios se harán con los sectores populares, para el beneficio
de ese 80% de venezolanos y venezolanas que han estado históricamente excluidos
y excluidas del acceso a la riqueza nacional.
Pensamiento
en Fidel Castro
Es
indudable el carácter profundamente social del pensamiento y obra del gran
líder revolucionario cubano, latinoamericano y universal de Fidel Castro Ruz,
orientada en todo momento a la reivindicación profunda de los derechos
fundamentales del hombre. En tal sentido, es importante tener presente en esta
relación el hecho de que la Revolución Cubana ha considerado asumir con
fidelidad y originalidad las ideas de Marx, Engels, y Lenin a partir de
escardar dogmatismos, voluntarismos y tergiversaciones y sumar los aportes con
que han sido enriquecidas estas ideas. Al respecto Fidel Castro acentúa que
“haber interpretado de forma creadora y original el marxismo-leninismo, el no
habernos dejado arrastrar por dogmas fue lo que nos llevó a la victoria”.
(Castro: 1968, P.30). Alertando cuidarse de ideas disfrazadas de ropaje
marxista y sobre el debido enfoque para abordar ideas revolucionarias sin
incurrir en posiciones dogmáticas, advertía que: “… hay ideas que incluso se
esgrimen en nombre del marxismo que parecen verdaderos fósiles;…” tuvo el marxismo
geniales pensadores: Carlos Marx, Federico Engels, Lenin, para hablar de sus
fundadores. Pero necesita el marxismo desarrollarse, salir de cierto
anquilosamiento, interpretar con sentido objetivo y científico las realidades
de hoy, comportarse como una fuerza revolucionaria”. Veinte años más tarde el
debilitamiento y posterior derrumbe del socialismo en Europa del Este
demostrarían la necesidad de esta alerta.
De
hecho, Fidel Castro es una figura ejemplar tanto para el pueblo cubano como en
su dimensión universal expresado en el carácter profundamente ético de su
conducta, acompañado por su sagacidad,
inteligencia
y consagración a la obra de la revolución cubana y las transformaciones en
bienestar del pueblo, desde el establecimiento de las líneas programáticas de
la revolución con respecto a la educación, tal como las medidas tomadas en los
territorios liberados por el ejército rebelde de alfabetizar a los campesinos
ya estaban evidenciada la importancia que la educación tenia para las
transformaciones sociales y en este sentido Fidel consideraba a la educación
como la solución a los grandes problemas sociales y elemento básico para
promover cambios radicales en la vida de su país, para ello incluye la
elevación del nivel escolar y cultural de la población de manera que puedan
enfrentar el desarrollo científico de la época. Destaca así el lugar que ocupa
la educación como medio de salvar la cultura, la revolución y la humanidad en
un sentido más abarcador. Desarrolla el concepto de educación popular y aporta
elementos nuevos que se expresan en la idea de contribuir a la culturización de
todas las capas y sectores sociales del país en vinculación con las organizaciones
sociales y de masas. Además en 1962 se llevó a cabo la campaña nacional de
vacunas contra la poliomielitis, el tétano, se crearon hospitales rurales, y en
el campo de la educación Fidel concibió el plan de becas universitarias, la
educación obrero-campesino, la creación de los primeros círculos infantiles. En
la esfera del deporte la práctica masiva de este, la creación de institutos
deportivos y universidades, en fin, todo un proceso revolucionario socialista
originado, desarrollado y materializado por Fidel y el pueblo cubano. Asimismo,
las ideas de Fidel Castro sobre la religión han sido una obligada referencia en
este análisis y la comprensión del cómo se asume la religión como conciencia y
fenómeno social en el socialismo cubano.
En
más de medio siglo de Revolución el líder cubano ha abordado el tema de manera
creativa dentro del pensamiento marxista, jugando un importante papel en la
conformación de la originalidad del proceso revolucionario cubano. En tal
sentido él señala:
“Un
tema que me interesó siempre mucho, una cuestión que siempre me interesó, como
tema político, como tema histórico, era la cuestión de la relación entre
revolución y creyentes, porque nosotros nos consideramos revolucionarios y
actuamos a partir de esa idea siempre, de una manera consecuente.” (Granma,
1997).
Es
explicable entonces la insistente idea de Fidel Castro de que en el Socialismo
no tiene por qué haber contradicción entre la conciencia política y la conciencia
religiosa cuando tienen un basamento de justicia y amor que hace realista su
unidad. La relación dialéctica entre las formas de la conciencia social
-política, religiosa y ética- tiene su singularidad en el pensamiento cubano a
través de la historia. Esta síntesis se refleja en las ideas de Fidel Castro
sobre la religión donde el elemento ético y humanista es cimiento para una
relación virtuosa entre política, ideología y religión. Al respecto nos dice
Fidel: ¨… Son dos conciencias que pueden marchar perfectamente juntas, … porque
no creo que pueda haber una sola medida justa en la sociedad humana, no creo
que pueda haber una obra buena en la sociedad civil de los hombres que no quepa
en una sana y justa conciencia religiosa, porque si la religión es encarnación
de un sentimiento justo, de un sentimiento noble, es la encarnación de una idea
buena, de una idea del bien ¡la revolución es la encarnación de los principios más
nobles del hombre, de los principios más justicieros del hombre!”
Pensamiento
en Ernesto “Ché” Guevara
El
Che Guevara es un gran pensador social revolucionario. Su
pensamiento ha de ser estimado por sí mismo. Claro que las comparaciones con el
pensamiento de Marx, con el de Lenin o con los de otros autores pueden arrojar
luz, más independientemente de esas comparaciones, de esos cotejos, más allá o
más acá de los mismos, merece la pena --hoy más que nunca-- estudiar la obra
teorética de Ernesto Guevara. Lejos de constituir, como frecuentemente se
piensa, un utopismo voluntarista divorciado de la realidad, las ideas del Che
sobre cómo construir la sociedad no capitalista integran un sensato realismo
con la firmeza en rechazar, en toda la medida posible, el recurso a
procedimientos de economía de mercado que socavan y a la postre destrozan al
socialismo. La esencia de su pensamiento radica en su ética, a pesar de que fue
un hombre multifacético que abarcó varias disciplinas, el interés en el
individuo como ser social es el tema principal en cada uno de sus actos y
obras. En su corta pero intensa vida no se dedicó a dejar un tratado acerca de
sus concepciones, pero estas ideas las encontramos en los discursos y trabajos
escritos que hizo. El Che apunta como elementos fundamentales en el proceso
revolucionario, el fortalecimiento de la conciencia, la espiritualidad, la
subjetividad y la moral, estos son indispensables en la formación del Hombre
Nuevo, que creará los cimientos hacia el comunismo. Al respecto añade:
"Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que
hacer al hombre nuevo. De allí que sea tan importante elegir correctamente el
instrumento de movilización de las masas. Ese instrumento debe ser de índole
moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo
material, sobre todo de naturaleza social." En el pensamiento del Che, la
formación del hombre nuevo constituye el objetivo fundamental de su ideario
moral. Su ideal moral se concreta en la formación del hombre del siglo XXI, en
el cual se perfilan rasgos morales superiores como la intransigencia hacia la
explotación, el rechazo al individualismo, el humanismo, el internacionalismo,
el compañerismo, la disciplina, la veracidad, la honradez, la sencillez y la
modestia.
Transformar
moralmente a los hombres sobre la base de los objetivos a alcanzar y los éxitos
obtenidos en la construcción de la nueva vida, es el eje esencial en la
formación del hombre nuevo. Las enfáticas discusiones sobre el problema de los
estímulos morales y materiales, los programas de emulación, la normalización
del trabajo, entre otros temas, reflejan una preocupación fundamental por los
principios que regulan una distribución justa. Parece obvio pensar que un
revolucionario marxista estuviera necesariamente preocupado por la justicia
social y por el modo en que dicha justicia debía ser administrada. Recalcó que
la nueva sociedad no se hace solo para tener fábricas brillantes, sino también
para lograr un hombre integral. Manifestaba que el hombre debe transformarse a
la par del avance de la producción y que no haríamos una tarea adecuada si
solamente fuéramos productores de artículos y no fuéramos a la vez forjadores
de hombres. La base fundamental del
hombre nuevo es la educación; ya que es allí donde se va a lograr el cambio de
conciencia, ideológicamente hablando. Planteaba que se debía priorizar a la
juventud, ya que es la nueva generación, la que está menos vinculada con el
pasado y por tanto tiene más posibilidades de acercarse rápidamente a la
fisonomía moral del nuevo individuo. En otras palabras, no nacerán con el
pecado original, así pues se irá encontrando la fórmula para perpetuar en la
vida cotidiana esa actitud heroica.
Su
ideario moral se afinca en el criterio de que el trabajo honesto, en bien de la
sociedad, y la preocupación por conservar los bienes sociales constituyen
rasgos esenciales en la vida de los hombres de la sociedad nueva, principios
básicos de la moralidad. La transformación del hombre nuevo no es algo radical,
sino un proceso que se enriquece día a día, a través de la participación, la
reflexión, la crítica y la autocrítica, con esto se llegan a estándares mayores
de justicia y equidad social. El Che, trabajador infatigable, no reparó nunca
en el descanso. Su firme convicción de que el trabajo es la única fuente de
riqueza y bienestar de la sociedad lo llevó a ser promotor del trabajo
voluntario en nuestro país, como expresión viva de la nueva moral en formación.
Proclamaba la tesis marxista de: (…) "transformar la realidad sólo es
posible en el proceso de la actividad laboral constructiva del hombre."
Queda
claro entonces que la práctica revolucionaria conlleva al cambio, el trabajo es
una pieza fundamental para consolidar la conciencia social. Es necesario que
los estudiantes vinculen el estudio con el trabajo, con las escuelas al campo.
Esto garantiza su formación integral, ya que son ellos los hombres del mañana
de quienes dependerá el socialismo. Sostiene que simultáneamente se va
construyendo el nuevo hombre al calor del proceso de transformaciones sociales
y a medida que la conciencia se va desarrollando y va dejando de lado las
formaciones mezquinas y egoístas que imperan en el capitalismo, el ser humano
va tomando como motor fundamental de su accionar los incentivos morales.
Reflejaba la necesidad de pensar en el beneficio colectivo por encima del
individual.: "Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de
sacrificio, conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber
cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se
vislumbra en el horizonte" Su proyección humanista que parte siempre del
hombre como protagonista del proceso revolucionario, defensor del compañerismo,
la identificación con los trabajadores, la preocupación por su familia y por
sus hijos, un hombre capaz de vibrar ante las injusticias que pudieran
cometerse en cualquier lugar del mundo. Si bien Marx trató de expresar la idea
del comunismo incluyendo a la consciencia como elemento dentro de su
explicación; no llegó a ser lo suficientemente preciso, por lo que se puede
llegar a considerar que Guevara realiza una de las contribuciones más ricas y
significativas al desarrollo del humanismo marxista. Recalcó el compromiso
moral de los internacionalistas cubanos de prestar un apoyo total a la lucha
por la liberación de los pueblos oprimidos de América. La necesidad de ayudar,
por todos los medios, a esos pueblos en su lucha por la independencia y la soberanía.
Entre
los principios éticos fundamentales, de manera general, concebidos para el
hombre nuevo se pueden encontrar:
·
Alto
sentido de la dignidad humana, que abarca desde el apreciado significado de
respeto, consideración y estima a la sensibilidad del hombre y sus derechos
como ser humano, en cualquier parte del mundo.
·
Este
valor humano universal integra entre sí las cualidades de ser consciente y
cumplidor de sus deberes, tener una actitud positiva ante el trabajo, ser autoreflexivo
y valorativo, amor a la justicia social y a la patria, mantener el espíritu de
rebeldía ante las injusticias y humillación humana, antirracista, valentía en
la defensa de los ideales sociales y de sus puntos de vista.
·
El
valor de la intransigencia e intolerancia ante todo tipo de dominación o
intervención extranjera que incluye, a su vez, el valor de la fidelidad a la
causa revolucionaria, que implica la no traición, y adquiere rango de principio
ético e ideal moral, generando las cualidades de voluntad de lucha ante las
dificultades y ante lo mal hecho, la capacidad de resistencia.
Pensamiento
en Hugo Rafael Chávez Frías
La
versión socialista propuesta por Chávez presenta el atractivo de no inspirarse
en el pasado, sino en el porvenir, ni estar comprometida con doctrina alguna
que obligue a sus militantes a adoptar ideas políticos como si fueran actos de
fe. El socialismo venezolano no es un dogma que se toma o se deja, sino un
surtido de opciones para la participación que cada cual asume según su credo y
sus simpatías.
En
esta opción conviven en armonía o en sus contradicciones naturales y no
antagónicas, la gran propiedad social sobre los medios fundamentales de
producción, las riquezas nacionales: petróleo, gas, agua, subsuelo, bosques,
tierra y otras con las pequeñas y medianas empresas agrícolas, comerciales e
industriales, las cooperativas, el capital extranjero y la iniciativa endógena
y naturalmente con un escrupulosos respeto al dinero y la riqueza bien habidas.
No hay una doctrina a priori acerca de las clases y los partidos, sino una
amplia plataforma donde caben los interesados en un proyecto nacional de
justicia social y tampoco es preciso asumir opciones filosóficas ajenas y la
libertad de conciencia religiosa es total. Para el presidente Chávez los
procesos electorales no son momentos de cuestionamiento sino de relegitimación
que asume con la alegría del que marcha al encuentro con quienes lo quieren y
lo aprecian. La revolución enriquece su convicción acerca del socialismo con la
exposición de una nueva moral, la de un pueblo culto y sano, bien dirigido y
que cultiva una nueva moral: la moral del trabajo y del esfuerzo por la defensa
de los valores. Algo es seguro: el socialismo propuesto por Hugo Chávez no
tendrá que inventarse un rostro humano: el pensamiento Bolivariano es humanismo
de la mejor ley.
Según
sus propias palabras: …”En el marco del capitalismo es imposible que exista una
verdadera sociedad, es imposible que en capitalismo exista una verdadera
comunidad, ustedes verán todos los días en medios de comunicación imperialistas
y lacayos aquí en Venezuela y opinadores de oficio sesudos intelectuales como
yo los llamo…Han comenzado un ataque diciendo que el socialismo es imposible,
que el mundo siempre ha sido capitalista, que es natural que cada quien debe
aspirar a tener dinero, que sí que eso es legítimo que todos aspiremos a ser
ricos ¡ Mentira¡ Vivamos dignamente y seamos útiles eso si es importante,
vivamos en comunidad por eso es que hay que estudiar “ Moral y Luces”. Miren el
capitalismo como tiene dos siglos, que instalaron el modelo capitalista y luego
ahora la fase superior como decía o como lo llama Lenin, el imperialismo, pero
no fue el capitalismo el modo de vida desde siempre es mentira pero uno lo lee
todos los días en los periódicos o en televisión diciendo no siempre el mundo
ha sido capitalista, el socialismo sí, es bonito pero es una utopía, están
tratando de engañar al pueblo. Nuestros aborígenes vivían aquí en socialismo
vivían en comunidades, solo llego la invasión europea y los esclavizo”….
En
otro momento agrega: …”Nos han impuesto, este modelo de integración neoliberal,
donde lo que impera es el valor, donde lo que más importa es la ganancia
económica. Una integración por tanto sin alma, destinada al rotundo fracaso”…
…”Algún día tendremos que darle forma en nuestra América a nuevos modelos de
integración que comiencen por el alma de los pueblos, que comiencen por el
afecto entre los pueblos, que comiencen y tengan como fuente permanente y
eterna el amor entre los pueblos”… …”La integración es ante todo una obra de
infinito amor con nuevos parámetros de integración integral, respetando cada
uno al hermano en cuanto a sus particularidades políticas, ideológicas,
geográficas, etc.
Por
otro lado la Revolución Bolivariana se fundamenta en el ideario bolivariano y,
como tal, en sus principios éticos, libertarios y de emancipación plena de
nuestras naciones y de sus ciudadanos.
Más
específicamente, tal como señala el Preámbulo de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999):
El
pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la
protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y
el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los
precursores y forjadores de una patria libre y soberana; con el fin supremo de
refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y
protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y
descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la
paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y
el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a
la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la
igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; promueva la cooperación
pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración
latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y
autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los
derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme
nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como
patrimonio común e irrenunciable de la humanidad… Y, más específicamente, tal
como señala el Art. 1, del Título uno de nuestro texto constitucional:
Artículo
1. La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e
independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad,
igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el
Libertador. Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la
libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la
autodeterminación nacional.
En
definitiva se podría decir que todos estos pensamientos se basan o su objetivo
principal siempre apunta al beneficio de la población, la igualdad y el trabajo
de unidad que debe existir siempre en las sociedades, con el fin de crear un
socialismo y derrocar esas ideas capitalistas sembradas por el imperio, que
buscan solo el beneficio de la minoría pudiente.
Publicado Por: Johan Garcia
Fuentes
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