- A su manera de entender. ¿Qué papel juega en la actualidad el pensamiento humanista social latino americano, en la construcción del nuevo modelo socialista?
- A su criterio. ¿Qué aportes nos dejó al proceso revolucionario Ernesto “Ché” Guevara?
- Analice el pensamiento humanista de Simón Bolívar, Simón Rodríguez y José Martí, y diga con sus palabras quien de ellos dio su visión transformadora para el socialismo.
- Analice y defina su propia visión socialista como proyecto de vida.
- Analice en cuanto a los antecedentes, los momentos historicos y aportes de Zamora, Castro, Guevara y Hugo Chávez.
La formación política ideológica es fundamental y no debe reducirse a una sesión de estudio y trabajo, es un proceso continuo y constante, es decir permanente para poder lograr un transito adecuado hacia una nueva forma de enfocar nuestras relaciones sociales.
25 nov 2016
Preguntas de la UNIDAD 4
22 nov 2016
El Pensamiento Social en Ezequiel Zamora, Fidel Castro, Ernesto “Ché” Guevara, Hugo R. Chávez
Pensamiento
en Ezequiel Zamora
Ezequiel
Zamora no era un soñador era un revolucionario y las circunstancias no le
permitían desperdiciar el tiempo en discusiones sobre futuros planes de reforma
social. Era revolucionario, un hombre de acción y pensamiento, que leía,
estudiaba y discutía con la firme intención de hacer la revolución. A pesar de
ser blanco y vivir en una sociedad donde la explotación económica se escuchaba
en lo hondo del prejuicio social, comprendió cuando adivino la madurez que en
tan encarada lucha la razón estaba de parte de los hambrientos y opulentos, sus
pensamientos estaban identificados y dirigidos con los sentimientos y aspiraciones
de las masas populares venezolanas y el desarrollo apasionado ideal igualitario
que fue digno permanente en su vida. Sus pensamientos estaban dirigidos a
defender a los humildes y a los débiles, expreso con absoluta fidelidad
sentimientos democráticos y las reivindicaciones económicas sociales de la masa
popular venezolana.
Tanto
así que la lucha de Zamora fue la lucha por una redistribución de la tierra,
"Tierras y Hombres Libres" fue su consigna principal que encontró un
masivo apoyo en los habitantes del campo que para ese entonces era la mayoría
del pueblo Venezolano. Por su parte el sector minoritario que ejercía el
dominio fue claramente identificado por Zamora como el enemigo a vencer,
"Horror a la Oligarquía" repetía continuamente. Nadie más que Zamora
podía plantear el protagonismo de los desposeídos como paso fundamental para el
logro de la igualdad social y lo que es más importante para la creación de la
democracia popular. Nuestro proceso se nutre del pensamiento Zamorano para
establecer que los cambios se harán con los sectores populares, para el beneficio
de ese 80% de venezolanos y venezolanas que han estado históricamente excluidos
y excluidas del acceso a la riqueza nacional.
Pensamiento
en Fidel Castro
Es
indudable el carácter profundamente social del pensamiento y obra del gran
líder revolucionario cubano, latinoamericano y universal de Fidel Castro Ruz,
orientada en todo momento a la reivindicación profunda de los derechos
fundamentales del hombre. En tal sentido, es importante tener presente en esta
relación el hecho de que la Revolución Cubana ha considerado asumir con
fidelidad y originalidad las ideas de Marx, Engels, y Lenin a partir de
escardar dogmatismos, voluntarismos y tergiversaciones y sumar los aportes con
que han sido enriquecidas estas ideas. Al respecto Fidel Castro acentúa que
“haber interpretado de forma creadora y original el marxismo-leninismo, el no
habernos dejado arrastrar por dogmas fue lo que nos llevó a la victoria”.
(Castro: 1968, P.30). Alertando cuidarse de ideas disfrazadas de ropaje
marxista y sobre el debido enfoque para abordar ideas revolucionarias sin
incurrir en posiciones dogmáticas, advertía que: “… hay ideas que incluso se
esgrimen en nombre del marxismo que parecen verdaderos fósiles;…” tuvo el marxismo
geniales pensadores: Carlos Marx, Federico Engels, Lenin, para hablar de sus
fundadores. Pero necesita el marxismo desarrollarse, salir de cierto
anquilosamiento, interpretar con sentido objetivo y científico las realidades
de hoy, comportarse como una fuerza revolucionaria”. Veinte años más tarde el
debilitamiento y posterior derrumbe del socialismo en Europa del Este
demostrarían la necesidad de esta alerta.
De
hecho, Fidel Castro es una figura ejemplar tanto para el pueblo cubano como en
su dimensión universal expresado en el carácter profundamente ético de su
conducta, acompañado por su sagacidad,
inteligencia
y consagración a la obra de la revolución cubana y las transformaciones en
bienestar del pueblo, desde el establecimiento de las líneas programáticas de
la revolución con respecto a la educación, tal como las medidas tomadas en los
territorios liberados por el ejército rebelde de alfabetizar a los campesinos
ya estaban evidenciada la importancia que la educación tenia para las
transformaciones sociales y en este sentido Fidel consideraba a la educación
como la solución a los grandes problemas sociales y elemento básico para
promover cambios radicales en la vida de su país, para ello incluye la
elevación del nivel escolar y cultural de la población de manera que puedan
enfrentar el desarrollo científico de la época. Destaca así el lugar que ocupa
la educación como medio de salvar la cultura, la revolución y la humanidad en
un sentido más abarcador. Desarrolla el concepto de educación popular y aporta
elementos nuevos que se expresan en la idea de contribuir a la culturización de
todas las capas y sectores sociales del país en vinculación con las organizaciones
sociales y de masas. Además en 1962 se llevó a cabo la campaña nacional de
vacunas contra la poliomielitis, el tétano, se crearon hospitales rurales, y en
el campo de la educación Fidel concibió el plan de becas universitarias, la
educación obrero-campesino, la creación de los primeros círculos infantiles. En
la esfera del deporte la práctica masiva de este, la creación de institutos
deportivos y universidades, en fin, todo un proceso revolucionario socialista
originado, desarrollado y materializado por Fidel y el pueblo cubano. Asimismo,
las ideas de Fidel Castro sobre la religión han sido una obligada referencia en
este análisis y la comprensión del cómo se asume la religión como conciencia y
fenómeno social en el socialismo cubano.
En
más de medio siglo de Revolución el líder cubano ha abordado el tema de manera
creativa dentro del pensamiento marxista, jugando un importante papel en la
conformación de la originalidad del proceso revolucionario cubano. En tal
sentido él señala:
“Un
tema que me interesó siempre mucho, una cuestión que siempre me interesó, como
tema político, como tema histórico, era la cuestión de la relación entre
revolución y creyentes, porque nosotros nos consideramos revolucionarios y
actuamos a partir de esa idea siempre, de una manera consecuente.” (Granma,
1997).
Es
explicable entonces la insistente idea de Fidel Castro de que en el Socialismo
no tiene por qué haber contradicción entre la conciencia política y la conciencia
religiosa cuando tienen un basamento de justicia y amor que hace realista su
unidad. La relación dialéctica entre las formas de la conciencia social
-política, religiosa y ética- tiene su singularidad en el pensamiento cubano a
través de la historia. Esta síntesis se refleja en las ideas de Fidel Castro
sobre la religión donde el elemento ético y humanista es cimiento para una
relación virtuosa entre política, ideología y religión. Al respecto nos dice
Fidel: ¨… Son dos conciencias que pueden marchar perfectamente juntas, … porque
no creo que pueda haber una sola medida justa en la sociedad humana, no creo
que pueda haber una obra buena en la sociedad civil de los hombres que no quepa
en una sana y justa conciencia religiosa, porque si la religión es encarnación
de un sentimiento justo, de un sentimiento noble, es la encarnación de una idea
buena, de una idea del bien ¡la revolución es la encarnación de los principios más
nobles del hombre, de los principios más justicieros del hombre!”
Pensamiento
en Ernesto “Ché” Guevara
El
Che Guevara es un gran pensador social revolucionario. Su
pensamiento ha de ser estimado por sí mismo. Claro que las comparaciones con el
pensamiento de Marx, con el de Lenin o con los de otros autores pueden arrojar
luz, más independientemente de esas comparaciones, de esos cotejos, más allá o
más acá de los mismos, merece la pena --hoy más que nunca-- estudiar la obra
teorética de Ernesto Guevara. Lejos de constituir, como frecuentemente se
piensa, un utopismo voluntarista divorciado de la realidad, las ideas del Che
sobre cómo construir la sociedad no capitalista integran un sensato realismo
con la firmeza en rechazar, en toda la medida posible, el recurso a
procedimientos de economía de mercado que socavan y a la postre destrozan al
socialismo. La esencia de su pensamiento radica en su ética, a pesar de que fue
un hombre multifacético que abarcó varias disciplinas, el interés en el
individuo como ser social es el tema principal en cada uno de sus actos y
obras. En su corta pero intensa vida no se dedicó a dejar un tratado acerca de
sus concepciones, pero estas ideas las encontramos en los discursos y trabajos
escritos que hizo. El Che apunta como elementos fundamentales en el proceso
revolucionario, el fortalecimiento de la conciencia, la espiritualidad, la
subjetividad y la moral, estos son indispensables en la formación del Hombre
Nuevo, que creará los cimientos hacia el comunismo. Al respecto añade:
"Para construir el comunismo, simultáneamente con la base material hay que
hacer al hombre nuevo. De allí que sea tan importante elegir correctamente el
instrumento de movilización de las masas. Ese instrumento debe ser de índole
moral, fundamentalmente, sin olvidar una correcta utilización del estímulo
material, sobre todo de naturaleza social." En el pensamiento del Che, la
formación del hombre nuevo constituye el objetivo fundamental de su ideario
moral. Su ideal moral se concreta en la formación del hombre del siglo XXI, en
el cual se perfilan rasgos morales superiores como la intransigencia hacia la
explotación, el rechazo al individualismo, el humanismo, el internacionalismo,
el compañerismo, la disciplina, la veracidad, la honradez, la sencillez y la
modestia.
Transformar
moralmente a los hombres sobre la base de los objetivos a alcanzar y los éxitos
obtenidos en la construcción de la nueva vida, es el eje esencial en la
formación del hombre nuevo. Las enfáticas discusiones sobre el problema de los
estímulos morales y materiales, los programas de emulación, la normalización
del trabajo, entre otros temas, reflejan una preocupación fundamental por los
principios que regulan una distribución justa. Parece obvio pensar que un
revolucionario marxista estuviera necesariamente preocupado por la justicia
social y por el modo en que dicha justicia debía ser administrada. Recalcó que
la nueva sociedad no se hace solo para tener fábricas brillantes, sino también
para lograr un hombre integral. Manifestaba que el hombre debe transformarse a
la par del avance de la producción y que no haríamos una tarea adecuada si
solamente fuéramos productores de artículos y no fuéramos a la vez forjadores
de hombres. La base fundamental del
hombre nuevo es la educación; ya que es allí donde se va a lograr el cambio de
conciencia, ideológicamente hablando. Planteaba que se debía priorizar a la
juventud, ya que es la nueva generación, la que está menos vinculada con el
pasado y por tanto tiene más posibilidades de acercarse rápidamente a la
fisonomía moral del nuevo individuo. En otras palabras, no nacerán con el
pecado original, así pues se irá encontrando la fórmula para perpetuar en la
vida cotidiana esa actitud heroica.
Su
ideario moral se afinca en el criterio de que el trabajo honesto, en bien de la
sociedad, y la preocupación por conservar los bienes sociales constituyen
rasgos esenciales en la vida de los hombres de la sociedad nueva, principios
básicos de la moralidad. La transformación del hombre nuevo no es algo radical,
sino un proceso que se enriquece día a día, a través de la participación, la
reflexión, la crítica y la autocrítica, con esto se llegan a estándares mayores
de justicia y equidad social. El Che, trabajador infatigable, no reparó nunca
en el descanso. Su firme convicción de que el trabajo es la única fuente de
riqueza y bienestar de la sociedad lo llevó a ser promotor del trabajo
voluntario en nuestro país, como expresión viva de la nueva moral en formación.
Proclamaba la tesis marxista de: (…) "transformar la realidad sólo es
posible en el proceso de la actividad laboral constructiva del hombre."
Queda
claro entonces que la práctica revolucionaria conlleva al cambio, el trabajo es
una pieza fundamental para consolidar la conciencia social. Es necesario que
los estudiantes vinculen el estudio con el trabajo, con las escuelas al campo.
Esto garantiza su formación integral, ya que son ellos los hombres del mañana
de quienes dependerá el socialismo. Sostiene que simultáneamente se va
construyendo el nuevo hombre al calor del proceso de transformaciones sociales
y a medida que la conciencia se va desarrollando y va dejando de lado las
formaciones mezquinas y egoístas que imperan en el capitalismo, el ser humano
va tomando como motor fundamental de su accionar los incentivos morales.
Reflejaba la necesidad de pensar en el beneficio colectivo por encima del
individual.: "Todos y cada uno de nosotros paga puntualmente su cuota de
sacrificio, conscientes de recibir el premio en la satisfacción del deber
cumplido, conscientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se
vislumbra en el horizonte" Su proyección humanista que parte siempre del
hombre como protagonista del proceso revolucionario, defensor del compañerismo,
la identificación con los trabajadores, la preocupación por su familia y por
sus hijos, un hombre capaz de vibrar ante las injusticias que pudieran
cometerse en cualquier lugar del mundo. Si bien Marx trató de expresar la idea
del comunismo incluyendo a la consciencia como elemento dentro de su
explicación; no llegó a ser lo suficientemente preciso, por lo que se puede
llegar a considerar que Guevara realiza una de las contribuciones más ricas y
significativas al desarrollo del humanismo marxista. Recalcó el compromiso
moral de los internacionalistas cubanos de prestar un apoyo total a la lucha
por la liberación de los pueblos oprimidos de América. La necesidad de ayudar,
por todos los medios, a esos pueblos en su lucha por la independencia y la soberanía.
Entre
los principios éticos fundamentales, de manera general, concebidos para el
hombre nuevo se pueden encontrar:
·
Alto
sentido de la dignidad humana, que abarca desde el apreciado significado de
respeto, consideración y estima a la sensibilidad del hombre y sus derechos
como ser humano, en cualquier parte del mundo.
·
Este
valor humano universal integra entre sí las cualidades de ser consciente y
cumplidor de sus deberes, tener una actitud positiva ante el trabajo, ser autoreflexivo
y valorativo, amor a la justicia social y a la patria, mantener el espíritu de
rebeldía ante las injusticias y humillación humana, antirracista, valentía en
la defensa de los ideales sociales y de sus puntos de vista.
·
El
valor de la intransigencia e intolerancia ante todo tipo de dominación o
intervención extranjera que incluye, a su vez, el valor de la fidelidad a la
causa revolucionaria, que implica la no traición, y adquiere rango de principio
ético e ideal moral, generando las cualidades de voluntad de lucha ante las
dificultades y ante lo mal hecho, la capacidad de resistencia.
Pensamiento
en Hugo Rafael Chávez Frías
La
versión socialista propuesta por Chávez presenta el atractivo de no inspirarse
en el pasado, sino en el porvenir, ni estar comprometida con doctrina alguna
que obligue a sus militantes a adoptar ideas políticos como si fueran actos de
fe. El socialismo venezolano no es un dogma que se toma o se deja, sino un
surtido de opciones para la participación que cada cual asume según su credo y
sus simpatías.
En
esta opción conviven en armonía o en sus contradicciones naturales y no
antagónicas, la gran propiedad social sobre los medios fundamentales de
producción, las riquezas nacionales: petróleo, gas, agua, subsuelo, bosques,
tierra y otras con las pequeñas y medianas empresas agrícolas, comerciales e
industriales, las cooperativas, el capital extranjero y la iniciativa endógena
y naturalmente con un escrupulosos respeto al dinero y la riqueza bien habidas.
No hay una doctrina a priori acerca de las clases y los partidos, sino una
amplia plataforma donde caben los interesados en un proyecto nacional de
justicia social y tampoco es preciso asumir opciones filosóficas ajenas y la
libertad de conciencia religiosa es total. Para el presidente Chávez los
procesos electorales no son momentos de cuestionamiento sino de relegitimación
que asume con la alegría del que marcha al encuentro con quienes lo quieren y
lo aprecian. La revolución enriquece su convicción acerca del socialismo con la
exposición de una nueva moral, la de un pueblo culto y sano, bien dirigido y
que cultiva una nueva moral: la moral del trabajo y del esfuerzo por la defensa
de los valores. Algo es seguro: el socialismo propuesto por Hugo Chávez no
tendrá que inventarse un rostro humano: el pensamiento Bolivariano es humanismo
de la mejor ley.
Según
sus propias palabras: …”En el marco del capitalismo es imposible que exista una
verdadera sociedad, es imposible que en capitalismo exista una verdadera
comunidad, ustedes verán todos los días en medios de comunicación imperialistas
y lacayos aquí en Venezuela y opinadores de oficio sesudos intelectuales como
yo los llamo…Han comenzado un ataque diciendo que el socialismo es imposible,
que el mundo siempre ha sido capitalista, que es natural que cada quien debe
aspirar a tener dinero, que sí que eso es legítimo que todos aspiremos a ser
ricos ¡ Mentira¡ Vivamos dignamente y seamos útiles eso si es importante,
vivamos en comunidad por eso es que hay que estudiar “ Moral y Luces”. Miren el
capitalismo como tiene dos siglos, que instalaron el modelo capitalista y luego
ahora la fase superior como decía o como lo llama Lenin, el imperialismo, pero
no fue el capitalismo el modo de vida desde siempre es mentira pero uno lo lee
todos los días en los periódicos o en televisión diciendo no siempre el mundo
ha sido capitalista, el socialismo sí, es bonito pero es una utopía, están
tratando de engañar al pueblo. Nuestros aborígenes vivían aquí en socialismo
vivían en comunidades, solo llego la invasión europea y los esclavizo”….
En
otro momento agrega: …”Nos han impuesto, este modelo de integración neoliberal,
donde lo que impera es el valor, donde lo que más importa es la ganancia
económica. Una integración por tanto sin alma, destinada al rotundo fracaso”…
…”Algún día tendremos que darle forma en nuestra América a nuevos modelos de
integración que comiencen por el alma de los pueblos, que comiencen por el
afecto entre los pueblos, que comiencen y tengan como fuente permanente y
eterna el amor entre los pueblos”… …”La integración es ante todo una obra de
infinito amor con nuevos parámetros de integración integral, respetando cada
uno al hermano en cuanto a sus particularidades políticas, ideológicas,
geográficas, etc.
Por
otro lado la Revolución Bolivariana se fundamenta en el ideario bolivariano y,
como tal, en sus principios éticos, libertarios y de emancipación plena de
nuestras naciones y de sus ciudadanos.
Más
específicamente, tal como señala el Preámbulo de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999):
El
pueblo de Venezuela, en ejercicio de sus poderes creadores e invocando la
protección de Dios, el ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar y
el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados aborígenes y de los
precursores y forjadores de una patria libre y soberana; con el fin supremo de
refundar la República para establecer una sociedad democrática, participativa y
protagónica, multiétnica y pluricultural en un Estado de justicia, federal y
descentralizado, que consolide los valores de la libertad, la independencia, la
paz, la solidaridad, el bien común, la integridad territorial, la convivencia y
el imperio de la ley para esta y las futuras generaciones; asegure el derecho a
la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social y a la
igualdad sin discriminación ni subordinación alguna; promueva la cooperación
pacífica entre las naciones e impulse y consolide la integración
latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y
autodeterminación de los pueblos, la garantía universal e indivisible de los
derechos humanos, la democratización de la sociedad internacional, el desarme
nuclear, el equilibrio ecológico y los bienes jurídicos ambientales como
patrimonio común e irrenunciable de la humanidad… Y, más específicamente, tal
como señala el Art. 1, del Título uno de nuestro texto constitucional:
Artículo
1. La República Bolivariana de Venezuela es irrevocablemente libre e
independiente y fundamenta su patrimonio moral y sus valores de libertad,
igualdad, justicia y paz internacional en la doctrina de Simón Bolívar, el
Libertador. Son derechos irrenunciables de la Nación la independencia, la
libertad, la soberanía, la inmunidad, la integridad territorial y la
autodeterminación nacional.
En
definitiva se podría decir que todos estos pensamientos se basan o su objetivo
principal siempre apunta al beneficio de la población, la igualdad y el trabajo
de unidad que debe existir siempre en las sociedades, con el fin de crear un
socialismo y derrocar esas ideas capitalistas sembradas por el imperio, que
buscan solo el beneficio de la minoría pudiente.
Publicado Por: Johan Garcia
Fuentes
Bibliográficas
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El Pensamiento Humanista en Simón Bolívar, Simón Rodríguez y José Martí.
El Humanismo es un termino que se utiliza comúnmente para indicar toda tendencia de pensamiento que afirme la centralidad, el valor, la dignidad del ser humano, o que muestre una preocupación o interés primario por la vida y la posicion del ser humano en el mundo. El humanismo plantea transformar la practica de la representatividad, dando la mayor importancia a la consulta popular, el plebiscito y la elección directa de los candidatos.
El
humanismo Bolivariano es socialista por que plantea una ruptura epistemológica
con toda expresión de las sociedades basadas en la explotación y promueve la
instauración de un sistema libre de toda forma de alienación y desigualdad
social.
El
socialismo es el sistema que coloca lo humano por encima del capital; es, según
el Amauta peruano José Carlos Mariategui, “la realización de un inmenso ideal
humano”. Es humanista por cuanto su preocupación y razón de ser es el hombre y
su desarrollo integral con equidad, participación democrática y realización
personal. Abre una variedad de temas de fundamental importancia como:
Reivindicación del papel del hombre, del indigenismo, de las mayorías
nacionales como sujeto fundamental del proceso revolucionario, para que este
importante conglomerado social, pueda alcanzar sus derechos humanos, respeto
político, social y constitucional. Lo cual incluye respeto a sus costumbres,
lengua, territorio, memoria histórica, ajuste de cuenta con la injusticia y un
importante paso hacia la integración nacional. También incluye el humanismo
bolivariano la reivindicación de la mujer, niños, adolescentes y ancianos
abandonados por la lógica inclemente del capital. La democratización de la
comunicación mediante las radios comunitarias alternativas y la prensa
alternativa, es parte importante de esta humanización y abre una mayor
posibilidad de conocimiento y comprensión de lo político-social para el hombre
común.
Si
bien en Simón Bolívar podemos encontrar un pensamiento ético consagrado en la
aspiración de la independencia y la libertad continental, no es éste
precisamente un sistema de normas y principios coherentemente fundamentado y
articulado es sencillamente un torrente de ideas que van emanando en sus
escritos y discurso y que fueron madurando en su vida cotidiana dejando para la
posteridad lecciones morales concretas que lo ha inmortalizado para siempre.
Nuestro
Libertador consideraba la justicia como la virtud esencial, siendo ésta el
establecimiento de un nuevo orden que ha de tener en su base el reconocimiento
de la igualdad de derechos de todos los seres humanos, la oportunidad y la
condición externa para una buena vida.
Bolívar
sugería una educación revolucionaria; una educación para el futuro de
Venezuela. No tenía como propósito el mantener una situación existente, sino
que pretendía una transformación en forma radical. Se educaría con el objetivo
de construir la noción de patria americana y no para mantener la idea de España
como patria; no se buscaría el conservar una estructura político administrativa
caduca, sino justamente, para destruirla y construir una adecuada; no para la
idea de una ficticia paz y armonía. Buscó innovaciones en Educación Superior,
en formar escuelas donde las niñas pudieran formarse al igual que los varones,
buscó la promoción de la educación popular, de la integración social en las
escuelas y hasta llegó a enviar becarios a Europa.
El
análisis del pensamiento de Bolívar nos conduce a comprender, que es la
herramienta elemental para la liberación definitiva de los pueblos
latinoamericanos, ya que representa una expresión formada al calor de los
magnos principios éticos y morales que el Libertador fue construyendo en cada
una de sus experiencias, que en los diferentes conflictos y escenarios pudo
enfrentar dentro de la realidad continental, que hoy se perfila como una
inminente solución a los gravísimos males causados por el capitalismo salvaje
que avasalla a los pueblos más pobres del mundo, expoliando sus riquezas y
alienando sus culturas. Hoy más que nunca este pensamiento libertario y
humanista, representa para los venezolanos y latinoamericanos el verdadero
estandarte, de la liberación de los explotados y oprimidos y, la dignidad de
los pueblos, que debemos enarbolar y hacer tremolar con orgullo y abnegación
sublime, en los aires del ambiente de la revolución que nos conduce hacia el
socialismo, en la que el pueblo ha sido protagonista y que debe seguir
protagonizando con patriótico sentimiento hasta lograr la victoria final.
Es
de considerar que en tiempos de revolución, es imposible desconocer el espíritu
integracionista de Simón Bolívar, que en su contexto liberador, humanista e
integrador de los pueblos latinoamericanos, explotados y oprimidos por el
Imperio Español, en aquel tiempo, y hoy, en franca lucha por deshacernos de las
garras imperiales de los jerarcas del gobierno Norteamericano, promotor
empecinado del capitalismo salvaje, que ha impuesto el colonialismo neoliberal
donde se expresa la barbarie, el saqueo, la muerte, la destrucción, el hambre y
la miseria, en el mundo a través de cruentas guerras, que fomenta el Imperio.
Pensamiento
humanista de Simón Rodríguez
Para
él Educación debe tener una función vital y social-humanista, donde se respeten
los deberes y derechos de todos los seres humanos. Rodríguez proponía educación
para todos: para los pardos, para los pobres; también una educación para
preparar artesanos y hombres útiles, es decir, humanizar a las personas
mediante la educación para que puedan vivir dignamente. Buscaba una educación
holista que preparara a las personas para la vida y de ese modo poder cambiar
su situación social, moral, humana.
Es
importante resaltar que el contexto, social, cultural, político, económico,
ideológico y humanista que le correspondió accionar a Simón Rodríguez, era sin
duda alguna adversa a un pensamiento liberador, al concepto de igualdad,
educación general, al pensamiento crítico, creador. Le correspondió vivir en
sociedades que pretendían ser estáticas.
Rodríguez
quería que la educación, en Venezuela y América, se impartiera con calidad, en
torno al desarrollo personal de los individuos, su capacidad de comprender y
analizar la sociedad en la que viven, su desarrollo humano y personal en el
contexto del desarrollo social y comunitario inspirado en principios y valores
como la igualdad, la equidad, libertad, emancipación social y humana. Una
educación que permita a cada uno desarrollar a plenitud sus talentos y
construirse como persona y ciudadano solidario y productivo. Que le enseñe a
ser, a convivir, a aprender y a trabajar. En fin, una educación que le enseñe a
cada individuo crecer y desarrollarse como persona y a preocuparse por su
entorno social, que le enseñe los valores y principios de su sociedad. Formar
individuos que enfrenten al mundo valiéndose de sus destrezas y habilidades.
Formar personas pensantes que no se valgan solo de la memoria y por último que
se les enseñe a trabajar y a valorar su trabajo. Es partidario de combinar la
educación con el trabajo, promoviendo la creación de escuelas técnicas y
agrícolas, que posibiliten formar recursos humanos que sean capaces de
“colonizar el continente con sus propios habitantes” para evitar así la
emigración indiscriminada del exterior, especialmente de Europa.
Pensamiento
humanista de José Martí
“Naturaleza
es todo lo que existe, en toda forma,¾espíritus y cuerpos”, escribió
Martí en un apunte sin fecha. No sabemos si persistió en esta idea, pero es
constante en toda su obra una concepción de la Naturaleza como realidad, por
así decirlo, magistral. En ella está la inspiración, el ejemplo, la sabiduría,
lo cual sólo es posible si, como dice el apunte, ella incluye tanto “el
misterioso mundo íntimo” como “el maravilloso mundo externo” y si “la
naturaleza observable es la única fuente filosófica”. El verso óptimo
será “el verso natural”. La religión futura, la religión “natural”,
de la que por cierto también hablara San Pablo (Romanos, 2, 14-16).
Siendo así, el humanismo martiano resulta una especie original de “naturalismo”
en cuanto la Naturaleza es su paradigma. Una Naturaleza integradora de lo visible
y lo invisible, en que “todo, como el diamante, / antes que luz es carbón”,
en que la armonía, la justicia y la belleza son hijas del sacrificio,
idea madre de su humanismo y de su poesía, la de sus versos y la de su acción
histórica.
Su
humanismo “natural” es, simultáneamente, un humanismo “a lo divino”. Este
humanismo es el que está en el Evangelio. La humanidad de Dios se llama
Jesucristo. Por eso Martí dijo ser “pura y simplemente cristiano”, entendiendo
por ello el sufrimiento redentor: dar su sangre “por la sangre de los demás”.
Pero tiene también una visión humanista de la naturaleza física, porque
desde temprano (antes de leer a Emerson, ya desde su periodismo mexicano)
percibió la analogía entre los hechos físicos y los que llamó “hechos del
espíritu”, y porque, como se verifica en sus últimos Diarios, la
naturaleza patria que lo recibía en el combate redentor, llegó a ser para él un
libro tan abierto, sabio y elocuente como piadoso.
Volviendo
a lo que podemos llamar el humanismo europeo de Martí, en cuanto a
incorporación y disfrute, se pone de manifiesto en textos como su elogio de
Cecilio Acosta, donde revela un enciclopedismo a la altura del prócer
venezolano. En años de helenismos ornamentales, a propósito de la poesía de Francisco
Sellén, puso el acento en lo griego esencial; y si repasamos su olvidada
traducción juvenil de Anacreonte sentiremos el sabor de un vino que no supieron
destilar en español, respetando el zumo primigenio, ni Meléndez Valdés ni…
Quevedo. Del tránsito de la Edad Media al Renacimiento su figura tutelar fue
Dante, que ilumina sus Versos libres y todo lo secretamente auroral de su prosa
mayor, desde el “Prólogo a El poema del Niágara” de Juan Antonio Pérez Bonalde.
Lo que él retiene de la herencia humanística europea es lo que puede continuar
y crecer en América: el Eros universal, la integración de lo dionisíaco y lo
apolíneo, las semillas de libertad. Lo que rechaza es la retórica, la
preceptiva, el neoclasicismo.
Durante
toda su vida Martí libró una tenaz batalla íntima y pública contra el odio.
Como todas sus convicciones, esta de la necesidad de combatir el odio se movió
en dos planos conexos: el de la espiritualidad de la conducta y el de la
eficacia política. Su primera y definitiva victoria sobre el odio la obtuvo en
el presidio político, donde descubrió que la “reacción” del odio, por legítimo
que sea, es una forma profunda de esclavitud, una ganancia del enemigo, un
lastre para la verdadera “acción” revolucionaria, que debe partir de una raíz de
libertad interior. Allí comprendió que también los flageladores de las canteras
de San Lázaro, en cuantas víctimas inconscientes de un sistema embrutecedor,
merecían piedad. Comparando a aquellos esbirros con sus propios padres y con
las virtudes del “sobrio y espiritual pueblo de España”, distinguió
nítidamente entre el régimen colonial y el pueblo español. De ahí surgió la
concepción de la guerra sin odio, porque, además, el odio “no construye”,
su obra es siempre “reaccionaria”, los que odian “son la ralea”, hay que
aprender a “domar el odio”. Dos hechos le daban la razón en la historia
inmediata: el odio a España, la hispanofobia, había nutrido subjetivamente el
anexionismo, en la isla y en la emigración; las animadversiones internas entre
los regionalismos, entre militaristas y civilistas, entre los jefes, entre
aldamistas y quesadistas, habían minado desde adentro la guerra del 68. Pero lo
que Martí llamó la “fórmula del amor triunfante”, va mucho más allá de
una rectificación o superación política. Se trata de un amor cognoscitivo (“el
amor es quien ve”) y del amor como sol de la vida, el que hay que
conquistar, no solo políticamente, “con todos, y para el bien de todos”.
La
aspiración a una cultura o una religión que las integre todas resulta evidente
en Martí, pero sin nada que ver con la globalización sin rostro que hoy nos
amenaza. Ni siquiera en la estrategia política de la América del Sur frente a
la del Norte, y aunque ello implicara disentir de una tesis bolivariana, fue
partidario Martí de sacrificar el “ansia del gobierno local y con la gente de
la casa propia”. Perder la individualidad de las culturas sería perder la
cultura misma. En “La Exposición de París” vio algo más que un espectáculo
vistoso, sintió y nos hace sentir una visión profética de la fraternidad, de la
armonía de los pueblos del mundo, cada uno con sus modos nacidos de sí propio.
No la globalización sino la coralidad de las culturas. En cuanto a lo que
muchas veces llamó “la religión venidera”, partiendo del hecho de que todas las
religiones, por reveladas que sean para sus fieles, se manifiestan y actúan en
la historia, la concibió como aquel punto futuro en que el hombre llegue a ser
capaz de ir a lo esencial e innato de su apetencia trascendente. Esa religión
venidera, sin perder la pluralidad de sus manifestaciones culturales, saldaría
sus deudas con la razón y con la libertad: una “razón nueva”, tan rigurosa como
abierta a lo desconocido, negada a convertirse en el renovado fanatismo de una
ciencia dogmática y amoral; una libertad cuyos límites estuvieran únicamente en
el respeto a “la dignidad plena del hombre”. No presenta Martí estas
ideas como utopías, ni siquiera como esperanzas realizables, sino como
resultado de las leyes del espíritu y la historia. Su inspiración, diríamos
hoy, tercermundista, está limpia del resentimiento del colonizado o del
perteneciente a un mundo “periférico”. No podía desconocer esa situación quien
llevaba en el cuerpo las marcas de la esclavitud. Su obra y su vida, sin
embargo, fueron una dádiva libre a todos los hombres.
Publicado Por: Eduardo Chirinos.
Publicado Por: Eduardo Chirinos.
Fuentes
Bibliográficas
· Vitier.
C (2010) SOBRE EL HUMANISMO DE JOSÉ MARTÍ. Blogger.
http://pensamiento.conocimientos.com.ve/2010/01/sobre-el-humanismo-de-jose-marti.html
· Alvarado.
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· Chirinos.
R (2010) Pensamiento revolucionario de Simón Bolívar. Aporrea. http://www.aporrea.org/actualidad/a114274.html
· Ramírez.
R () Simón Bolívar y José Martí, una mirada a sus ideas sobre la educación y la
cultura. Monografías. http://www.monografias.com/trabajos75/bolivar-marti-ideas-educacion-cultura/bolivar-marti-ideas-educacion-cultura2.shtml#ixzz4QmLIUhrZ
El pensamiento Humanista y Social Latinoamericano. Antecedentes.
El pensamiento Humanista y Social Latinoamericano.
Como
bien sabemos la herencia legada por el colonialismo a nuestras naciones ha sido
generalizada durante años privando a los hombres de todo el continente no sólo
a la educación espiritual de sus derechos y deberes esenciales, sino también a
muchos de estos a vivir con cierta impotencia ante tales realidades y eso es
precisamente el resultado de la estrecha visión de los gobiernos americanos que
se han conformado con servir a los colonizadores y no a servir a los pueblos.
Por eso muchos pensadores y grandes héroes al analizar la realidad social
latinoamericana consideraban a la educación como una necesidad para el
ejercicio de la vida pública vista en dos direcciones, la primera, en la
educación que ha de tener el gobernante para orientar los destinos de su nación
y la segunda, en la visión que ha de tener el gobierno para potenciar en los
ciudadanos una vida con templanza, sabiduría, y valores morales legítimos.
Actualmente
no se aleja mucho del pasado pues uno de los principales retos que el
pensamiento latinoamericano tiene ante sí, es el de saber superar los
obstáculos que le plantea el dominio de los medios de comunicación por parte de
aquellos que consideran que sí viven en el mejor de los mundos posibles. No se
trata simplemente de denunciar la falta de posibilidades, las censuras
disfrazadas, etc., y las escasas vías de expresión de aquellos que piensa con
cabeza propia. La tarea consiste en lograr espacios, claro está, pero no esperar
de manera pasiva a que sean “democráticamente” situados. Hay que saber conquistarlos
por la vía que sea, por ejemplo a través de los estudios como una expresión
necesaria del proceso de emancipación mental que precedió al movimiento
independentista.
De
ello nace el pensamiento humanista y social latinoamericano, es la reflexión de
una sociedad sobre sí misma que apunte principalmente hacia un trabajo de
unidad autóctono y productivo en el que prevalezca el desarrollo integral del
ser humano en armonía con el medio ambiente, donde la libertad económica en la
disposición y usufructo de los recursos sea permitida siempre y cuando no
atente contra el buen vivir de las mayorías y la conservación de la madre
tierra, éstas deben ser las premisas que rijan las decisiones políticas,
económicas, sociales y morales del mundo nuevo, ha de ser el filtro de cada
ley, proyecto económico o inversión, y la praxis cotidiana de los ciudadanos.
¿Entonces
que función tiene hoy en día el pensamiento humanista y social latinoamericano?
Tiene como función ser una alternativa para la construcción del mundo nuevo, en
un momento histórico donde se vive a nivel global crisis financiera, crisis
social, crisis ecológica, crisis energética, crisis moral, entre otras crisis,
todas consecuencias del capitalismo insostenible, que consume sin piedad al
planeta y pone en riesgo la supervivencia de la especie humana. El nacimiento
de organismos como la CELAC, UNASUR y ALBA, demuestran que pese a las
diferencias ideológicas de los líderes de la región, se hace inminente la
búsqueda de un nuevo orden social, que apunte a un mundo multipolar, ecológico,
incluyente, pluricultural, donde las relaciones entre las naciones estén
enmarcadas en la paz, el respeto, el diálogo, la cooperación y la soberanía.
Antecedentes.
Por
otro lado en el contexto histórico el estudio del socialismo se inicia a partir
de la Revolución Francesa en 1789. Por lo general, hay la impresión de que todo
socialismo o cualquiera de sus visos es marxismo. Los socialistas modernos han
sido todos marxistas de alguna manera, pero ha habido socialistas antes y
después de Marx que han participado de estas ideas de una u otra manera. Es un
error concebir socialismo como igual a marxismo. Marxismo es simplemente una de
las tantas formas del socialismo.
El socialismo antes
de Marx
Entre
los escritores anteriores a Marx que aportaron ideas de carácter socialista nos
encontramos con Platón en sus “Leyes”, en sus “Diálogos” y en “La República”; o
Aristóteles en alguno de sus escritos; a Santo Tomás Moro con su “Utopía”; o a
Campanella con su “Ciudad del Sol”.
Durante
la época comprendida entre los años de 1789 y 1848, podemos señalar como
precursores del pensamiento marxista a: Claude Henri de Rouvroy, conde de
Saint-Simon (1760-1825); a Fierre Joseph Praudhon; a Charles Fourier
(1772-1837), y a Leblanc y Leroux en Francia. En Inglaterra a Robert Owen
(1771-1858), y Étienne Cabet (1788-1856). En Alemania a Ferdinand La Salle;
Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831), Anselm von Feuerbach (1775-1833). En
Rusia a Mijaíl Alexándrovich Bakunin (1814-1876), y a los nihilistas.
El socialismo
después de Marx
En
1864 y 1867 los socialistas ingleses y franceses se reunieron en Londres,
evento al cual no fue invitado Marx. Sin embargo, el mensaje que envió a esta
reunión causó impacto entre los asistentes, quienes comenzaron a aglutinar a
los partidarios del futuro. Para 1889 y 1904, después de la muerte de Marx, se
reúnen nuevamente, ahora en Ámsterdam, estableciendo desde entonces las bases y
postulados de casi todos los partidos socialdemócratas existentes en la
actualidad. Luego se reúnen en Moscú entre los años de 1919 y 1921, a
instancias de Lenin. Para los años de 1922 y 1923 se reúnen en Berlín, y luego
en México en 1928, de donde arrancan los postulados revisionistas para la
América Latina.
El socialismo en
América
El
socialismo criollo, aparte del caso especial de Cuba con Fidel Castro, tiene su
máxima expresión en el sentimiento marxistoide en el partido Alianza Popular
Revolucionario Americano (APRA), a cuya cabeza figuraba el doctor Víctor Raúl
Haya de la Torre; o la Legión del Caribe, a la cual pertenecieron figuras
destacadas como Jorge Eliezer Gaitán en Colombia, José Figueres en Costa Rica, Muñoz
Marín y Teodoro Moscoso en Puerto Rico, Grau San Martín en Cuba, Juan José
Arévalo en Guatemala y Juan Bosch en Santo Domingo. Todos estos movimientos, al
igual que el APRA, fueron en un principio totalmente marxistas, anti-yanquis,
anticatólicos, anticlericales y anti-españoles; pero después de haber derrocado
a la mayoría de las dictaduras latinoamericanas se convirtieron en partidos
políticos no del todo marxistas.
El socialismo en
Venezuela
En
1917 surge la ideología del socialismo que alcanza su primera concientización
mundial con la revolución rusa. La introducción de las ideas marxistas en
Venezuela se realiza de manera clandestina por un grupo de intelectuales
venezolanos quienes lanzan en 1931 el primer “Manifiesto del Partido Comunista
de Venezuela (PCV”. En ese primer documento se encuentra planteada la idea
revolucionaria de la clase obrera, propugnadora de una revolución socialista
para eliminar “la explotación del hombre por el hombre” y construir una
sociedad sin clases; se denuncia la explotación imperialista en nuestro país, y
a las clases dominantes criollas como cómplices y socias del capital
extranjero.
En
general, puede afirmarse que el pensamiento latinoamericano en su trayectoria
ha evidenciado una marcada tendencia progresiva de contenido humanista. Ese
humanismo se ha hecho mucho más patente en momentos en que las circunstancias
históricas lo han demandado en mayor medida. Esto pudo apreciarse desde sus
orígenes en aquellos primeros momentos en que se debatió tanto la condición humana
de los aborígenes de esta región, los argumentos en favor del respeto a sus
derechos, así como la justeza o no de la importación de esclavos africanos o
asiáticos.
La
preparación ideológica de la independencia durante la ilustración
latinoamericana requirió de un gran ingrediente de pensamiento humanista. Ya
desde los albores de la expansión capitalista sobre estas tierras algunos
pensadores de estas latitudes, que en algunos casos han llegado a ser
considerados como una especie de socialistas utópicos -aunque no siempre fue el
caso-, criticaron las injustas formas de vida que aquella sociedad engendraba.
América Latina engendró también sus críticos tempranos al nuevo orden social,
como por ejemplo Simón Rodríguez, quien dejó al respecto indudable huella en
Bolívar. También
comenzó a gestar un pensamiento socialista utópico como se aprecia en Esteban
Echeverría en Argentina o Diego Vicente Tejera en Cuba con las añoranzas de la
ilustración y los tintes románticos que el siglo XIX necesariamente le impregnaba,
al poner mayor empeño en transformaciones educativas que en radicales o
violentos movimientos revolucionarios. Posteriormente la recepción y desarrollo
del marxismo en estas tierras se explicaría no sólo por la continuidad de
aquellas ideas sino porque las nuevas condiciones sociales los engendraban.
Publicado por: Mauricio Paredes
Fuentes
Bibliográficas:
· (2012,
10). Pensamiento Humanista Y Social Latinoamericano. ClubEnsayos.com.
Recuperado 10, 2012, de https://www.clubensayos.com/Acontecimientos-Sociales/Pensamiento-Humanista-Y-Social-Latinoamericano/386435.html
· Escalona.
R (2013, 05) El humanismo latinoamericano y caribeño. Aporrea. http://www.aporrea.org/actualidad/a165786.html
· Guadarrama.
P (2001) Humanismo en el pensamiento latinoamericano. Archivo
Chile. http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/guadarramapg/guadarramapg00004.pdf
· UNEFA
(2013) FEVU5. Unidad 5: Formación ideológica. Pág 28. http://unefavirtual.unefa.edu.ve/CDD/resources/docs/cinu/FEV/FEVU5.pdf
· Del
pensamiento social a la sociología latinoamericana. Buenas Tareas. http://www.buenastareas.com/ensayos/Del-Pensamiento-Social-a-La-Sociolog%C3%ADa/1360124.html
·
Cisnero.
J (2013) Pensamiento Humanista y Social Latinoamericano de Simón Bolívar. PDF
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